viernes, febrero 09, 2007

De la realidad a los sueños


En sus inicios se le proporcionaron a la Casa, de parte de las autoridades, nueve mesas de trabajo, un equipo de sonido, 50 sillas, una maquina de escribir eléctrica, dos sillones de visita, un escritorio ejecutivo, un escritorio secretarial, un archivero metálico, un sillón ejecutivo, una silla secretarial, un televisor, una videocasetera. Posteriormente recibieron otro archivero “y nada más”.

“Se vale soñar”, añade. Muchos creían que estaba “fuera de base” al pedir el inmueble en que hoy está la Casa. Entre esos muchos sueños está el de, “en un futuro no muy lejano”, cuando se duplique el alumnado, “ver si podemos, a través de las autoridades competentes, conseguir un espacio más grande en algún terreno por aquí. Hay terrenos ideales, ojalá que se realizara este sueño”.

Es muy grande el sueño, reconoce, “se me figura inalcanzable, pero todo se puede acercándonos a las autoridades, ojalá llevemos a feliz término esta petición”.

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